miércoles, 3 de febrero de 2016

Hasta finales del siglo XIX no se creía que hubiera seres vivos en profundidades mayores a 2.000 metros y no fue hasta 1977, cuando los científicos pudieron comprobar la existencia de estas criaturas a profundidades de más de 2500 metros.
Cabe destacar que a pesar de la utilización de batiscafos modernos (principalmente a partir de 1977) y otros métodos de rastreo e investigación de los fondos marinos, aún se desconocen a un gran número de especies que habitan en esta región de la Tierra y las que se conocidas son un gran misterio para la ciencia ya que su comportamiento y costumbres son elementos prácticamente desconocidos.
La zona abisal es un área de profundidades mayores a 2.000 metros en la que reinan presiones de más de 200 atmósferas. En oscuridad total y con un margen de temperaturas de -1 a 5 ºC, en algunos lugares las aguas de estos fondos abisales están calentadas por chimeneas hidrotérmicas que se abren en el fondo marino. Hasta finales del siglo XIX no se creía que hubiera seres vivos en profundidades mayores a 2.000 metros y no fue hasta 1977, cuando los científicos pudieron comprobar la existencia de estas criaturas a profundidades de más de 2500 metros. Esto son algunos de los más impresionantes peces abisales que conocemos.
Asombrosamente, los animales que viven en la zona abisal son miembros de los mismos grupos que los que encontramos en las capas superiores. Así, hallamos pulpos, calamares, peces, moluscos, equinoides y gusanos. La diferencia es que estas formas abisales han desarrollado sistemas adaptados a su entorno y no les afectan las presiones tan enormes porque desde que nacieron sus órganos internos ya se hallaban sometidos a tales presiones, es decir, estaban en contacto con el medio y no han experimentado una diferencia de presión. 

No se conoce actualmente cuántas especies distintas habitan estos fondos marinos, pero aquellas que han sido avistadas tienen, generalmente, formas “monstruosas” en relación a los estándares de peces de lugares más superficiales. Además, según los científicos, estos peces son descendientes de los peces superficiales y son así debido a las condiciones en los que ellos viven. Estos tipos de peces tienden al gigantismo debido a las condiciones extremas en las que viven. Crecen muy lentamente, por lo tanto, su metabolismo es también muy lento y viven muchos años. Para salvar la falta de alimento y luz, presentan cambios evolutivos tales como grandes bocas, estómagos deformables, órganos bioluminiscentes, dientes desproporcionados, etc. Desde la superficie apenas llega alimento. Sólo el 5% del movimiento que se produce en la zona iluminada llega hasta su hábitat, y sólo entre el 2% – 7% de la luz solar alcanza esas profundidades, de modo que estos predadores esperan inmóviles a que sus detectores de movimiento les comuniquen la llegada de algo comestible.


María Laínez Pereira.

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